Sunday, January 21, 2007

HUYEN LOS DÍAS
Respecto a Manicomio, de Maurizio Medo




Nabokov comparaba la escritura de un libro con un ajedrez. En este libro se multiplica ese ejercicio de manera seductora y problemática, es una partida que mantiene a sus jugadores contaminados por los residuos y estrategias más heridas del lenguaje que no tiene ni principio ni término, hay peones y alfiles por todas partes, las reinas no se la juegan por el rey, porque recrea su mito como un sucio mandril que las cela sin fábula de acto ni fe prozacica. Manicomio es habitado por una serie de poemas encarnados por personajes, locos, poseídos y bendecidos por el delirio, la euforia, excentricidad y magia, ponen en evidencia que la enfermedad común es el lenguaje y su omnipotencia, absoluta elasticidad tanto oral como escrito ( en el libro ambas modalidades son las dos manos de un cuerpo), y la impasibilidad cuando afronta aduanas.




Manicomio, del poeta peruano Maurizio Medo (Lima, 1965) de ascendecia Italiana, fue publicado por primera vez en Santiago de Chile en 2006. Ahora saca segunda edición, esta vez en Lima. El libro es el segundo de una trilogía, comenzando por “El hábito elemental” (2004) y cerrándose con “La Trovata” (2006). Su escritura está ligada con los grandes Momentos de un César Vallejo, Martín Adán, Nicanor Parra, Enrique Lihn, José Lezama Lima y Néstor Perlongher. Dentro de la poesía peruana su obra siempre ha tenido un acentuado carácter reflexivo y una eficacia en las maniobras más difíciles nuestro idioma. Este autor comienza a escribir en los años ochenta, donde mayoritariamente se propaga en su país una poesía de tendencia mayoritariamente social. La poética de Medo de su generación está cercana, destacando con la de poetas peruanos como Róger Santiváñez, Willy Gómez Migliaro, Montserrat Álvarez y Luis Fernando Chueca. En Latinoamérica a las de Raúl Zurita, Diego Maquieira, Rafael Courtoisie, Eduardo Milán y un formidable etc., de nuevas y arriesgadas poéticas del vasto continente. Leyéndolo desde un contexto español, se podría emparentar momentos a diversos aciertos de un Antonio Gamoneda, Leopoldo M. Panero o de un José Ángel Valente.

Zig-zagueos, alteridades, el movimiento de los alfiles políglotas en este tablero. Manicomio continua continuando en sus posibilidades, en sus silencios más desgarradores, en la peligrosidad de la palabra en las manos de cuerpos contaminados por el dolor y la cruel lucidez. Un poemario estupendo, que en su segunda edición vuelve a dibujarnos el ebrio país imaginario que nos ha inventado.


Eduardo Fariña.

Sobre el autor podéis ver en:
http://www.letras.s5.com.istemp.com/archivomedo.htm

Entrevistas:
http://haroldalva.blogspot.com/2006_12_01_archive.html
http://casa-delasiguanas.blogspot.com/2006/12/entrevista-maurizio-medo-por-ngel.html





POEMAS DE MANICOMIO

Rutina



repetir el gesto con aire matemático.
repetir el sudor, la ansiedad esbirra.
repetir los hábitos diarios hasta calcar en un día siete vidas
sin hacer nada más que repetir se alquila... razón

con insomnio paquidérmico leer en élitros de moscas pensamientos.
leer y leer mientras la mente deambula, pobre diabla en andrajos,
sin saber nada de sí ni del vecino.

no quise mi cardio misere robótico latiendo
al son de orquesta maquinal.

¿dónde deja uno el alma, así corporativo?
no sé nada de del can kant del probo inútil pascal ni de pitágoras.

en vez de paporretear doctas teorías danzo danzón
con balde y la esqueletura presta, mientras limpio
el wc de la inmundicia que une al hombre con la vida.



Gilda


maldito el sucio mandil de quien me cela.
gnomo sin fábula que exclama: fe ner gan pimpamperona.
lápiz en mano apunta arrinconándome dentro
de un círculo de moscas. me concentro.
¿no repara el jijuna que los muros son de hielo?
tiemblo.
gilda, gilda, reprende, y me brotan dos sangrientas
vangohg en vez de orejas.

ya no sé si soy ella o una sombra atascada en el espejo.

¿mora alguien aquí sin ser máquina o espectro?
fe ner gan ner gan ner gan.

el de a lado estrella sus huesos en la piedra
y le rechina con mudo estruendo el esqueleto.

el de a lado, piantao como tango en la boca
exclama desde un megáfono invisible un nombre de mujer
temiendo que lo truequen por otro impredecible.
algo así como el amor.

bichofeo, tristefín, quintobé.

que vengan los mandriles.
que le hagan sudar perladas lágrimas.
que trituren en silencios el agudo eco de su voz.

los decibeles de su garganta migrañean esta testa
como sulfato en mi psicotransistor.



¡ner gan ner gan¡

¡ mandil, mandril. embóbalo con rohypnol¡

zarandéalo hasta poner sus videojos en rewind

¡coloca mil sordinas en su delirium di tenor¡.

El falso Ginsberg


he visto las brillantes mentes de mis predecesores perdidas en lo que pareció ser episteme. al negro in electrocutado en la conexión celestial del día con el dínamo del cosmos; al poeta desterrado irguiéndose supranatural en la falacia creyendo verdadero las notas del saxo entre las tribus aguarunas de bongoé sin pentagramas; al caudillo de las hormigas cavando su humilde sepultura en un avispero; al rebelde con las armas y los pensamientos molidos halando de una soga pensamientos subterráneos hasta alcanzar la mezquina altura de las calles. - lo sé. esto evoca actos perniciosos, carece de estilo y revela mi intimidad. todo me resulta lícito. no soy un budista ni un asceta místico.

atiende a quienes arrendaron sus cerebros a utopías impensables hasta el control enajenado de las telecomunicaciones. de lo que se debe y no, de acuerdo a los sacros poderes de una milicia disfrazada de huérfana.
quienes pasaron por las universidades estatales con ojos de mil falansterios alucinando con lima la dorada y la tragedia luminosa de ser expulsados por creer en las hipócritas odas con las que obscenos se lucían.

- cuando yo era niño miraba como caminaban con el cerebro en los talones, tan dichosos de saber nada, tan felices de ser nada. y aún siguen anestesiados por románticos please comercial here. jajaja es lo más cerca que estarán al amor.
- contempla a quienes se encogieron sin afeitar y arrojaron piedras al inocente quemándose en las brasas de su injuria, aterrados por el éxito redoblando como una manada a través de las paredes.
quienes se jodieron sus pelos púbicos al venderse a norteamérica.
quienes comieron caviar en hoteles estrellados o bebieron champagne en los parises de la gloria efímera para volver al terruño paranoicos, con pesadillas tal una ceguera incomparable; calles en la mente saltando con la ebriedad del vino bajo el neón bisoño que abrió tarros de basura en búsqueda de la iluminación de la mente.
mamá mi corazón se quebró como una taza donde destila la verdad. nada me resulta distinto, comparte conmigo un té, ya no quiero volver a casa. no pertenezco a ninguna. si no me crees escucha a quienes se liberaron encadenados a sí mismos en los subtes, prestos al viaje infinito desde jirón chincha al sancto killca en benzedrina. quienes se hundieron toda la noche en la luz escuchando el crujido del destino en la caja de música de hidrógeno.
si no me crees mira a quienes hablaron setenta horas seguidas de sí mismos desde el malecón cisneros al museo de arte, vomitando susurrando hechos y recuerdos y anécdotas y patadas en la bola del ojo y traumas de hospitales.
quienes estudiaron a plotino, poe, san juan de la cruz, telepatía y cábala debido a que el cosmos instintivamente vibraba en sus pies..
si no me crees interrúmpeme, y sé tú quien me lleve por el ande, junto a quienes desaparecieron en los volcanes dejando tras suyo nada excepto la sombra del estiércol y la lava y la ceniza de la poesía quemada.
quienes reaparecieron en la costa verde investigando la pnp con grandes ojos pacifistas entregando incomprensibles manifiestos.
quienes rompieron a llorar en blancos gimnasios desnudos y temblorosos frente a la maquinaria de otros esqueletos

¿quiénes?
¿yo?
¿decías mamá?

Pound


vayan, canciones mías, lleven mi náusea.
álcense en tsunami contra las playas mudas, lleven mi náusea.

hablen contra la dictadura inconsciente,
hablen contra la tiranía de los que no tienen imaginación,
hablen contra las ataduras,
vayan donde la gorda que obesa de aflicciones,
vayan donde las pitucas de los barrios residenciales,
vayan donde las casadas por franquicia,
vayan donde aquellas cuyo fracaso se encaleta,
vayan donde las emparejadas por usura,
vayan donde la esposa en arriendo,
vayan donde haya otra oferta de mujer.

vayan con piecesitos de pavlova,
vayan con palabras sinceras.
procuren el hallazgo de males nuevos y de un nuevo bien,
opónganse a todas las formas de opresión,
lleven mi náusea.
vayan a los que han perdido todo interés,
lleven mi náusea.

vayan a los adolescentes a quienes el apellido asfixia...
¡ qué asqueroso resulta ver tres dinastías encerradas en una misma gurda!
es como un árbol que pudre con retoños
y con algunas ramas resecas y cayéndose.

salgan y desafíen toda opinión,
vayan contra la prisión animal de la sangre.
vayan contra todas las manos que vayan muriendo.

lleven mi náusea


Y LOS DÍAS HUYEN
Y LOS DÍAS HUYEN
Y LOS DÍAS HUYEN
Y LOS DÍAS HUYEN
Y LOS DÍAS HUYEN
Y LOS DÍAS HUYEN
Y LOS DÍAS HUYEN

aunque parezcan ser todos el mismo


Rió Méndez





poetas poetas poetas. esos perros
cagan piedras
espuma y humo exhalan
con retórica sus bocas
y nunca nos dicen nada nada nada.
son inútiles
jamás tendrán una visa en el nirvana

El síndrome Rimbaud



quise sentar a la belleza en mis rodillas
con los pies clavados en una inhóspita abisinia.
ella díjome:
¿y con ese gramaje tan liviano
es que pretendes, de pronto, así, domesticarme?
¿y con ese enjuto rostro y el ojo bizco,
crees ser capaz de cortejarme?

pato feo
-me escupió.

ahora quiero escribir pero...
me sale espuma me sale espuma
por todos los orificios
deste cuerpo.



Di end








todo seguía igual,
pero algo había cambiado