LOS POETAS ESTÁN EN LAS VENTANAS(3) SONIA SAN ROMÁN
BIOGRAFÍA
1976, Villamediana de Iregua (La Rioja):
No sabe por qué escribe. No sabe desde cuándo escribe. Sólo sabe que no puede remediarlo.
AUTOFAGIA
Me mordí las uñas
hasta el borde de los dedos.
No sacié mi hambre,
seguí hasta el muñón,
luego hasta el codo,
hasta el sobaco,
hasta el hombro,
hasta la oreja,
hasta los ojos,
hasta la raíz del pelo,
hasta las tetas.
Qué feliz soy ahora
con mi ombligo estrellado
presidiendo el mundo.
Ya no tengo cabeza
ni corazón
para volver a pensarte.
¿DE QUE ME QUEJO
si estoy aquí metida
porque quiero estar dentro?
Porque quiero que la marea
del mundo en que morimos
me arrastre con vosotros,
compañeros de fatigas,
hermanos de sangre con colesterol..
Quiero encontraros cada tarde
empujando el carro de Eroski,
con los niños dentro
saltando y rompiendo
el cartón de huevos,
mientras habláis por el móvil
con vuestra cuñada
para organizar el cumpleaños
del abuelo.
No me siento sola
entre vuestro ruido.
Vuestro barullo
me acompaña a cada rato,
vuestros problemas,
vuestros sinsabores,
vuestras deudas con el banco,
vuestras agonías.
Quizás porque son las mías
y os observo y sonrío
y compro la misma camiseta
que vosotras, a 2,90,-€, en Zara
y me tomo la misma caña,
con patatas fritas, que vosotros
y, a veces, hasta nos ponemos
la zancadilla
y nos odiamos como lobos.
Pero, ¡qué sé yo!,
os necesito, manada,
aunque la marea nos lleve,
como a las ballenas,
directos al suicidio colectivo.
FAMILIA
Unhappiness, where’s when I was young and we didn’t give a damn.
The Cranberries
Tu abuela se ha puesto enferma
en su pueblo del norte.
Tu madre cuida de ella,
la acuesta temprano
y se lamenta de su soledad en la cocina.
El abuelo mira en la tele del salón
la programación en euskera
pero él piensa en la Guerra Civil,
en sus hermanos
y en su pueblo extremeño
donde la vida le obligó a tomar partido.
De lo que hizo esta mañana, ni se acuerda.
Llueve en la calle.
En invierno el monte de Santa Bárbara
está henchido de un verde intenso
y los caseríos asoman entre la hierba
sus tejados rojos y humeantes.
Pasa el Euskotren
bajo el balcón donde tu madre
recoge unas toallas, aún húmedas,
del tendedero.
Sus ojos se montan en los vagones
y piensa en ti.
Te llama por teléfono,
son las once de la noche
de un lunes de diciembre.
Algo más al sur de aquello
estás viendo la tele mientras yo
preparo nuestro primer árbol de navidad.
Suena tu móvil
y hace vibrar la madera del estante del pasillo
donde lo apoyaste al llegar a casa
después de tu eterno
día de trabajo.
Te alejas, murmuras algo,
tardas un rato y me siento
a esperarte en el sillón
viendo, sin mirar, la tele
repleta de telemierda recién hecha
para no pensar.
Llegas a mí con la mirada oscura
y te sientas a mi lado
bajo la escuálida mantita azul,
obsequio de Yves Rocher
por una compra superior a 20€.
Te veo observar con lástima
las luces tintineantes
del pino de plástico recién estrenado.
Sé que tu pensamiento
anda ahora en lugares más verdes
que el del pseudo abeto que observas.
La amona está mala, dices
contando con los ojos mucho más
que lo que puede verse en tus palabras.
Cojo tu mano bajo la manta
y noto que la presionas con fuerza.
Nos vamos a la cama.
Te acurrucas mirando hacia la puerta,
y yo abrazo tu espalda
para que el peso del día
no se te pueda pegar como un parásito.
Te vas quedando dormido
y la noche cae sobre ti plomiza,
hondamente,
confiando en que mañana,
cuando amanezca,
sea verdad lo que cuentan
y, ciertamente,
sea otro día.
I´M LOVING ME
Yo soy yo y vuestra jodida opinión sobre mí.
Luis F. Comendador
Según los viejos de mi pueblo
no soy más que la nieta de un franquista.
Según dice mi familia
soy una especie de herejía progre.
Según mis viejos maestros de escuela
era una niña demasiado picarona.
Según mis antiguos compañeros
una empollona insufrible.
Según mi tío el pequeño,
ya sólo soy una maruja.
Según mis amigas casadas
soy una golfa como mi tío el pequeño.
Según va diciendo mi novio
soy una chica cariñosa.
Según apunta mi hermana
soy una tía insoportable.
Según el Ministerio de Educación y Ciencia
soy licenciada en Filología.
Según mi nómina domiciliada
soy secretaria de 8 a 6.
Según mi DNI. y mi pasaporte
tengo 28 años y dos apellidos.
Y según este espejo empañado
tengo ya algunas arrugas,
el culo gordo y el alma gastada
de mirarme en los ojos de la gente
y evitar los míos.
Según yo va siendo hora
de dedicarme a ser yo,
que ya es bastante.
I’M LOVING ME - II
En el sillón de mi cuarto pienso en ti con mi mano.
Bebe
Me miré las uñas de la mano izquierda.
Estaban largas y bien cuidadas.
Las vi del derecho y del revés.
Observé las lúnulas blanquecinas
asomando bajo la piel
y se me antojaron bocas perfectas,
sonrientes y sensuales
que me miraban todas a un tiempo.
Comencé a acariciar mis dedos
como quien toca una miniatura de vidrio.
Froté las palmas una contra otra
con los dedos abiertos como suaves abanicos.
Bajé a las muñecas, a la zona azulada de venas
donde la piel se vuelve fina y clara,
a los antebrazos, a los codos, al cuello.
Acaricié del lóbulo de la oreja hasta el hombro,
solté mi pelo y metí los dedos en él.
Lo peiné rizando mechones entre el índice
y el corazón.
Lo aparté hacia un lado y toqué mi boca.
Raspé levemente mi labio inferior.
Estaba grueso y húmedo y pasé la lengua por mi dedo.
Con la otra mano sentí mis pechos
redondos y fuertes como frutas sabrosas.
Acaricié mi vientre dibujando espirales en mi ombligo.
Y bajé
y bajé
y bajé más
y más aún,
aún más abajo…
Y subí
y observé las uñas de mi mano derecha.
PIN, PIN, zarramacatín…
Habitación de hospital, dos de la mañana.
…Debajo la cama está Martín…
Mi abuelo agoniza y yo lo observo.
…Tocando la gaita y el violín…
Me duermo en la silla, él grita angustiado.
…Viva el agua La Redonda…
Entra la enfermera. Le pone un calmante.
…Periquillo esa mano…
El café está amargo. Olvidé el azúcar.
…Que se esconda.
LA CHICA DE AYER (Fragmento)
A Rami
"Demasiado tarde para comprender".
Antonio Vega
[…] Aquí me tienes
al borde de tu tumba
y tú,
ahí tirado,
rodeado de huesos
de otras carnes muertas
descompuestas.
De tierra dura
llena de gusanos.
Y yo, aquí,
con la risa empapada
por recuerdos de otro tiempo,
por canciones horteras,
por cartas imbéciles
de adolescentes
que se sentían importantes.
Cómo me dueles
ahora que ya no me dañas.
Desde que te conozco
siempre nos despedimos
bajo la lluvia.
Hace 17 años
era yo quien me quedaba
con el pelo calado
y mi acné juvenil
mientras se iba tu autobús
del campamento de verano.
Ahora no sé exactamente
quién de los dos se aleja.
Sí tú te has ido a ese cielo
lleno de querubines
que te vendieron en los Jesuitas
o soy yo la que me iré
dentro de un rato
a seguir con la rutina
de mis días ya adultos.
Esta tarde
granizaba en tu entierro.
Las nubes hoy eran
espejos de mi furia.
Tan sólo me quedan de ti
un puñado de cartas
mal escritas,
dos fotocopias oscuras
de tus fotos del colegio,
y tu esquela recortada
este domingo.
Veo ahora tu cara
tan clara como entonces
y lloro como una idiota,
y me cala el agua
de esta lluvia de mayo
y buceo en mi miseria
por aquellos años tontos
y por los que perdimos luego
descuidándonos mutuamente.
Antes,
cuando nos hacíamos
los duros,
nos burlábamos
de los sentimentales
y de los tiernos
y de los poetas
y hoy, aquí,
al borde de tu tumba
estoy blanda
como el barro que te cubre.
Y, no te rías,
pero es cierto
que se me ha muerto
algo en el alma
como dice la canción.
Ésa que nos tocaban
en verano
y que a ti te parecía
una mariconada.
Pero en esta tarde extraña
ya no suenan las guitarras
junto al fuego,
ni duermes a escondidas
en mi tienda,
ni te llamo a tu casa
y no respondo,
ni Logroño
queda lejos de mi pueblo
ni yo soy la misma
aunque me engañe,
y todo es distinto
aunque me pese
y tú,
simplemente,
ya no eres
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